jueves, 8 de octubre de 2009

GETTING MAD...

¿No has tenido uno de esos días en los que deseas ser feliz, pero el mundo te obliga a enfadarte y a sentirte miserable?

Si es así, bienvenido a mi universo. Tarareando una canción que me encanta, y que por casualidad encuentro en aquella cadena de radio... conduciendo un coche en el que me siento cómoda (incluso yo diría que casi como en casa), pero a través de los sucios cristales del mismo veo una marea inmensa de esos pequeños espacios móviles, más y más coches, más y más tráfico, ¡¡MÁS Y MÁS ATASCOS!! :( De repente la canción que tarareaba no me parece tan buena; es más, no me había fijado en que la letra era tan mala, en que la canción era tan repetitiva... y en ese preciso momento empiezo a notar que la cabeza me duele; así que sin pensarlo dos veces apago la radio y me concentro en el capullo que acaba de meterse justo delante de mí, sin poner el intermitente... ¡¡frenazo en seco!! ¡¡Pero hombre ten más cuidado, que no estás solo en la carretera!!

En fin, toda una odisea eso de llegar a casa, después de varias horas escuchando divagaciones soporíferas sobre un texto literario lleno de frases complicadísimas, pero tan sagrado como la biblia ( o eso creí escuchar a la señora que se encontraba en medio de la clase ladrando palabras).

Bueno, al fin ¡¡El último semáforo antes de casa!! ¡¡Genial!! Pero pobre niña inocente y tonta... ¿Cómo que el último? En tu “querida” calle no hay ni un solo hueco... No he visto espacio más bien aprovechado... cada esquinita, rozando incluso ese paso de cebra que pusieron hace poco y que curiosamente ocupa al menos 5 aparcamientos... ¡¡Mecachis!! Bueno... no es el fin del mundo, por el barrio habrá algún sitillo, alguién saldrá para ir a hacer las compras, para ir al cine, para.... no sé cualquier chorrada. Pero de nuevo hablaba la niña tonta que aún lleva unas gafas de color rosa que le hace ver el mundo, digamos que... a su forma. Pero el reloj (como si de algodón se tratara) no engaña... 20 minutos después de aquel semáforo ya lo he visto 5 veces... y parece ser que no quedará ahí. UFFF ¡¡Dios Santo...!! ¿Por qué no hay ni un puto hueco? El buen rollo que traías, ese suave y entusiasta tarareo se ha convertido en resoplidos y maldiciones. Por mucho que me remangue la ropa y que suba el aire acondicionado (en octubre sí... esto es Sevilla señores) las gotas de sudor hacen de su capa un sayo y corren a sus anchas por los poros de mi cuerpo...

La gota colma el vaso... y decides que en lo que queda de día no verás más ese semáforo de mierda que siempre me pilla en rojo el muy.... Así que ves un hueco en segunda fila, en el quinto carajo y quitas la llave del contacto. Respiras hondo y dices para ti misma: ¡¡Aquí se queda!! ¡¡Si se lo lleva la grúa que se lo lleve!!

A partir de ese momento los ánimos se relajan.. llegas a tu piso vacío y das gracias a dios el no tener una persona esperándote, por que sabes de sobra que te pondrías a despotricar a diestro y siniestro, sobre todo al alcalde que no me pone un aparcamiento y me cambia las calles de sentido... Así que como no hay nadie en casa me pongo a escribirlo en el blog por si alguien que esté aburrido se entretiene en leer este estúpido escrito... XD


BESOS A TODOS!!