lunes, 30 de diciembre de 2013

CON EL AGUA HASTA EL CUELLO



Hace tiempo que achico sin descanso,
pero estamos con el agua hasta el cuello.
Hace tiempo que este barco se hundió,
pero no entiendes que remar no sirve de nada.

Obcecado, ciego, decidido a no naufragar,
ahogados en mares de desencuentros,
ahogados en mares de inseguridades.
No encuentro salvavidas al que aferrarme.


Ahora nuestros restos yacen en el fondo del océano,
condenados al olvido, condenados al frío eterno.






A LA DERIVA

De nuevo zarpa este barco que me aleja de tu orilla,
Esta vez llevo lastre en mi equipaje, me pesas tú en el corazón.
Antes ciega y en apariencia insensible,
sumida en nuevas experiencias, nuevas sensaciones.
Olvidé tu rostro, te dí la espalda y rompí el corazón.
Ahora que vuelvo a tomar tierra y me doy cuenta del agravio,
ahora que soy consciente y siento el dolor de este corazón aún enamorado,
ahora ya es demasiado tarde.