sábado, 28 de abril de 2012

Y DIME ¿CÓMO ES ÉL?

Es de esas personas a las que no puedes dejar de mirar fijamente, una persona a la que no puedes evitar escudriñar cada recoveco de su penetrante mirada, de su tentadora boca, la angulosa forma de su cara...
Te sumerges en él sin darte a penas cuenta, en sus marcadas ojeras, en sus espesas cejas, en la maraña de pelo que adorna su cabeza, cae por sus hombros y llega hasta su espalda.

Todo en él se antoja atrayente; pero no solo atrae la mirada, sino algo más profundo, que oprime el pecho y no  deja  respirar, como si llevaras un corsé demasiado apretado.
Aunque no creas en la magia, sentirás su hechizo. Su mirada se clava en tu retina y aunque cierres los ojos ahí está, igual de clara y fría, como si sus ojos solo se encontraran a escasos milímetros de los tuyos. El resto del mundo se difumina a su alrededor porque nada merece tanto la atención como él, nada jamás te obsesionará tanto como esos ojos, tanto que podrías asustarte. Dejar de pensar en él es casi imposible, como si su esencia se hubiera colado en tu sangre y cada latido de tu corazón te recordara su existencia y tu necesidad de poseerlo.


Esta es la descripción de uno de los personajes que imaginé para un bjd (un tipo de muñeco hecho de resina) y tenía ganas de compartir un poco con vosotros :) Aún no tiene nombre y no sé si algún día lo compraré, pero a veces se me ocurren ideas para kekos y me gusta escribirlas.

sábado, 4 de febrero de 2012

SO MUCH HATRED




Embarrada de odio,
mi alma se lamenta.
Tus gritos en mi cabeza
rebotan en un bucle infinito.
Odio, rencor y muerte.

Lágrimas, ojos hinchados.
Intentando olvidar el dolor,
que a mis huesos se aferra.
Perseguida sin descanso,
tiembla mi moribunda razón.

Tú, creador de mis pesadillas,
que acribillas mi escudo y
minas mis doloridas defensas.
Tú, destructor de ilusiones,
y frustrador de sueños.

Erradicarte de mi memoria,
disolver tu odio en indiferencia,
ignorar tu propia existencia,
O ver cómo mi alma se derrite,
en tu abrasador infierno.


sábado, 14 de enero de 2012

Un león demasiado miedoso...

Mi signo del zodiaco es Leo y siempre he creído que soy una leo poco típica. A lo que hay que sumarle que muchas veces mi complejo de inferioridad o la poca confianza en mí misma me impiden ser como soy. A raíz de lo cual se ocurrió escribir este pequeño texto:


Los leones son los reyes de la selva, los más fuertes, los más altivos y orgullosos. Al andar lucen sus voluminosas melenas al viento y el resto de los animales le temen y respetan. No es propio de la naturaleza del león el pasar desapercibido o tener miedo. Mas, en este mundo, las cosas no siempre son como debieran ser y de vez en cuando nace un león que no sabe ser rey. La corona se le queda grande y el pobre león no sabe ni donde meterse. Ha nacido león, que no pez o cabra, pero no sabe actuar como tal. Siempre ha querido llevar esa corona, pero cree que le queda grande. El pobre león tiene miedo, mira en el río su reflejo y no ve un león como los demás. Ve un león más feo, sus garras están menos afiladas, quizás se ve un poco más pequeño, con  porte menos gallardo y tiene una melena menos poblada. 
Sueña despierto con que es el mejor rey de los leones, como aquellos de los que hablan las estrellas. Pero cuando vuelve a la realidad baja la mirada y esconde el rabo.
Los leones son robustos y pisan fuerte por donde andan; así su huella se queda marcada en el suelo y van trazando el camino para el resto de animales. Les gusta llevar la voz cantante y son alegres y afables. 
Más no nuestro pequeño leoncito, él pisa ligero y sin querer dejar rastro, no vaya a ser que sus huellas se equivoquen de camino y los animales se sientan decepcionados. 
Él tiene un gran corazón y en su interior se esconden miles de cualidades, de esas que cree que carece. Y es que el leoncito no sabe mirarse en el río; pues se mira a través de la inseguridad y de su miedo a no ser tan bueno como el resto, ajeno a  lo buen rey que puede llegar a ser.




domingo, 25 de diciembre de 2011

COWARD...



Mejor dormir,
que soportar este sufrimiento.
Mejor dormir,
que llorar sola en silencio.
Mejor dormir,
que todo me recuerde a tu ausencia.
Sí, mejor dormir, 
bajo cuidados paliativos en mi lecho de muerte.


Mejor dormir,
que ser consciente de mi asquerosa levedad.
Mejor dormir,
que asimilar que no volverás jamás.
Mejor dormir,
que ver cómo me desangras día a día.
Sí, mejor dormir,
embalsamada en indolora e irreal inconsciencia.

Just a coward, I am just a coward....
scaping from reality is the only way I know of not getting too hurt.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Secrets cannot stay hidden forever




Musas entre nostalgia escondidas,
desempolvando viejos sentimientos,
sacándolos de esta caja raída.
Escondidos, fingiendo no ser vistos.

Ya decían, el que busca haya,
entre páginas de diarios perdidos,
entre borrones de tinta corrida,
El amargo sabor de tu nombre,
mis desgarrados labios recorre.

Hace tiempo, quizás no tanto.
en una amnesia auto inducida,
protegida por un dulce letargo.
Desquebrajado nuestro secreto
curiosidad que mató al gato.





martes, 25 de octubre de 2011




Enamoramiento gratuito, locos sueños, estúpida pasión.
Cortocircuito en mi interior, hemos perdido conexión.
No hay chispas que electrifiquen nuestras caricias,
No más cosquilleos al pensarte en mis brazos.
Entre tus sábanas solo telarañas y escarcha.
Tu nombre se diluyó en su ardiente saliva,
Tu olor se evaporó con el roce de su amor.
Sobra un tú y yo; entierra las cenizas, este cuento se acabó.

martes, 1 de marzo de 2011

I wanna find my reality, though it may hurt

                                                         Mi reflejo en tus ojos no me dirá quién soy,
no me encontraré en tus desesperados besos,
tus caricias no podrán guiarme en el camino.

Aunque intente aferrarme a algo que no existe,
negando la verdad que se oculta bajo mi piel,
no podré ignorar esta voz que grita embravecida.

Esa alabanza a la libertad que brota en mi alma,
que tanto tiempo intenté amordazar a la fuerza,
y que ya no puedo borrar de mi cautiva mente.

El dorado sol irrumpe en la cotidiana oscuridad,
para quemar mis ojos con su dolorosa verdad,
y aún ciega, veré quién se oculta tras mi máscara.