Este pequeño texto lo escribí hace mucho tiempo y hoy, por casualidad lo he encontrado en un cajón abandonado de mi cuarto...
De niña siempre me preguntaba:
¿A qué huelen los sueños?
Ahora que te conozco ya sé la respuesta:
A sueños huelen tus manos,
que con dulzura deshojan mi cuerpo;
A sueños tu pelo, que con ritmo inquieto acaricia mi piel;
A sueños, mi vida, huele mi mundo
porque mi mundo eres tú,
porque mi sueño eres tú.