CON EL AGUA HASTA EL CUELLO
Hace tiempo que achico sin descanso,
pero estamos con el agua hasta el cuello.
Hace tiempo que este barco se hundió,
pero no entiendes que remar no sirve de nada.
Obcecado, ciego, decidido a no naufragar,
ahogados en mares de desencuentros,
ahogados en mares de inseguridades.
No encuentro salvavidas al que aferrarme.
Ahora nuestros restos yacen en el fondo del océano,
condenados al olvido, condenados al frío eterno.
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