jueves, 18 de febrero de 2010


Tus besos me enseñaron que nada es eterno en esta vida,

Ni siquiera el dolor y la rabia, que hoy devoran mis entrañas.

Aunque arrancaste mi corazón de cuajo con esas manos,

Aunque desgarraste mi piel a feroces dentelladas,

Aunque ahora mi corazón no sea más que un músculo inservible,

Si tienes que irte, vete. Si tienes que desaparecer, desaparece.


El tiempo borrará las marcas que en mi cuerpo dejaron tus manos,

El tiempo cerrará las heridas que aún supuran en mi alma,

Otros labios se encargarán de devolver el aliento a los míos,

Otras manos se encargarán de devolver el tacto a las mías,

No creas que no me levantaré, no creas que me venciste,

No creas que después de ti no hay nada más,

No creas que no despertaré de entre las tinieblas.


Dejaré correr mi sangre hasta que de mis venas desaparezca tu veneno,

Dejaré a la lluvia caer sobre mi cuerpo para que disuelva tus abrazos,

Dejaré que el viento azote mi piel para que se lleve tus caricias,

Hasta que no quede nada, nada de ese amor, nada de ti.

1 comentario:

Sergio Almenar dijo...

Me gusta!

Yo me estaba planteando hacerme un nuevo blog (a parte del saintonoborogu) más personal. Algo de este estilo en el que escribir textos, que se me vayan ocurriendo, pero la verdad me da algo de vergüenza... quizá me anime algún día.

Enhorabuena por tu blog.